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Incontinencia urinaria mujer

  • Por ams
Tres tipos de incontinencia pueden ser tratados con fisioterapia: la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE), la de urgencia (IUUrg,) y la mixta.
Cuanto antes se comienza el tratamiento es mucho mejor, el problema puede aparecer a cualquier edad y no hay que esperar en ningún caso a resolverlo ya que los síntomas irán a más y la solución será más compleja, dolorosa y de mayor riesgo en cuanto a posibilidad de efectos secundarios y complicaciones.
 
Tanto las llamadas estructuras pélvicas pasivas de suspensión (ligamentos y fascias), como las activas de sostén (músculos: suelo pélvico y esfínteres) cumplen un papel fundamental, esencial, central en el funcionamiento correcto de los órganos de la cavidad pélvica (vejiga-uretra, útero-vagina, recto-ano). Como en cualquier otra parte del cuerpo son objeto de tratamiento con fisioterapia intentando restablecer su correcto funcionamiento, y derivado de esto, evitando o restableciendo problemas como la incontinencia.  
Son las patologías donde más se ha estudiado y comprobado los efectos de la fisioterapia uroginecológica. 
Actualmente los resultados se cifran entorno al 70-80% de resultados positivos en los casos leves y moderados, con un grado máximo de evidencia científica como certifican las guías de práctica clínica (GUÍA EUA).
Es en estos casos donde existe un consenso internacional que indica que todos ellos deben ser tratados inicialmente con estas técnicas antes de plantearse cualquier opción quirúrgica:
 
Clinical  Practice Guideline No 2. 
Depart Health.
Public Health Service AHCPR Publication 96-0682. March 1996.
 
Incontinence. Recommendations of International Scientific Comittee. Evaluation and treatment of urinary incontinence, pelvic organ prolapse and faecal incontinence. 
Abrams P, Cardozo L, Khoury S, Wein A. 
United Kingdom: Plymbridge Distributors Ltd; 2002;p.1079-1117.
 
Además, en los casos donde los síntomas de incontinencia son más graves y no existen otros asociados que indiquen inevitablemente la cirugía se puede realizar un tratamiento, que en ningún caso va a empeorar la situación, y que puede mejorar la calidad de vida del paciente reduciendo considerablemente los síntomas. 
A todo esto hay que añadir que los pacientes que no encuentran resultados positivos con los tratamientos de fisioterapia, un porcentaje menor si la indicación es adecuada, siempre consiguen mejorar el funcionamiento y estado de la zona abdómino-pélvica lo que potencia los resultados de una posible opción quirúrgica, sirviendo de complemento a la misma (Impact of physical therapy on quality of life and function after vaginal reconstructive surgery).
Las opciones de terapia son múltiples y deben ser adaptadas a cada caso en función de una valoración inicial personalizada. No existen terapias que sirvan para todo el mundo y por supuesto nunca debe realizar aquellas que no partan de un estudio y valoración  previas  por parte del médico especialista y posteriormente del fisioterapeuta.
Los tratamientos serios necesitan de la supervisión, control y ayuda constante del fisioterapeuta para que las técnicas puedan ser eficaces. Las simples indicaciones verbales, papeles informativos, métodos de ejercicio físico en grupo etc. no sólo son ineficaces en la mayoría de los pacientes si no que además en muchos de ellos pueden ayudar a agravar el problema, CUIDADO¡¡¡¡¡¡.